Una playa bellisima,
aislada entre los manglares, y casi desértica.
Tiene apenas un pequeño poblado de
pescadores y algunos restaurantes en sus
casi dos kilometros de playa con aguas profundas
y cálidas.
La mejor manera de visitarla es a través
de un paseo
a pie por un sendero de Mata Atlántica
desde Morro de São Paulo.
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